jueves, 25 de julio de 2013

EL PAPA FRANCISCO EN BRASIL


¿Cambiará el Papa todas las cosas?


Y el pueblo católico 
¿También cambiará?

Desde que el Papa Francisco llegó a Río de Janeiro, los medios argentinos no dejan de informar sobre las actividades del líder de la iglesia Católica. Muchas personas están alegres con este hombre porque en cuatro meses de gestión, ha demostrado un cambio radical a la hora de acercarse al pueblo que representa. Es un Papa verdaderamente "con olor a ovejas" (1). 

Mientras las noticias sobre la actividad papal en Brasil fluyen como aguas por una cascada mediática, no deja de ser interesante leer como los medios mas importantes resaltan que la tarea del Papa en Brasil sera, entre otras, la de "seducir a los evangélicos e incrédulos". No veo como podrá el Papa, que es hombre  y es finito, "seducirnos" a quienes alguna vez fuimos católicos y luego, cristianos convencidos de serlo por haber nacido de nuevo en Cristo Jesús. Si por "seducir" se refiere a que le tengamos respeto, bueno, ya se lo gano. Pero si presume la frase que se nos habrá de "reconvertir" dudo mucho que el Papa tenga éxito. La mayoría de los protestantes nacidos en Sudamérica ya fuimos católicos y nos fuimos por múltiples razones, la principal, que Cristo nos llamó a servirlo.

Francisco conoce estos detalles. Existen elaborados informes católicos que "explican" el porque la gente se marcha del catolicismo. No se le escapa que la mayoría de los curas no predican con suficiente fuerza sino que esperan en la iglesia la llegada de los fieles y esto no es bueno. Es como si un pastor se quedara en el corral esperando que la majada dispersa paste por los campos sin guía y vigilancia.

Francisco conoce en detalle toda esta problemática porque la vivió en persona. Muchos curas se quedan rezagados y la molicie induce a algunos de ellos, no solo a "pecar" sino además, elaborar argumentos poco sólidos para justificar lo injustificable; vivencias "poco católicas"; prohibidas por la fe que dicen defender y por lo tanto, escondidas de la vista de todos; por el peso de la verdad, terminan con sus carreras sacerdotales. También sabe, que la ICAR deberá abandonar la política de juzgar al protestante como "hereje" y considerar seriamente que el Espíritu Santo obra entre los evangélicos en calidad y cantidad. Para eso se requiere diálogo respetuoso interreligioso.

Antes de ser Papa, Francisco trabajaba en un barrio de Buenos Aires donde las condiciones sociales implicaban si o sí, tener un fluido diálogo interreligioso. Cuidado aquí: ningún radical evangélico debe presuponer colaboracionismo en esto. Diálogo no es ecumenismo. A veces, cuando la obra social es muy grande, se precisa de diálogos para alcanzar a todos los que necesitan de asistencia. Para entender lo que digo, se requiere de haber estado en varias crisis económicas como soportamos los Argentinos, la última de las cuales, hasta llegamos al trueque en nuestra miseria y desesperación. De modo que, si por "seducir" se entiende que es "respetar" al que cree de modo diferente, nada más nos queda que aplaudir el deseo. Todos los cristianos queremos convivir en paz, con libertad para cambiar de religión si así nuestra conciencia nos lo exigiera.

El pueblo católico también debe cambiar

Sobre este punto vale la pena reflexionar. El pueblo católico ignora en su amplia mayoría, las delicias de la Biblia. La lee y la vive poco. Rara vez se ve un católico esforzándose en vivir la vida tal como pide el evangelio. Es normal ser "católico" y vivir contrario a lo que pide Cristo. Para el católico carnal, la iglesia es una institución donde acudir cada tanto  y relega todo lo espiritual al cura y a las monjas.El carnal se mantiene al margen, no se compromete. No quiere dejar de mentir, robar, fornicar, hablar con lenguaje soez. El quiere vivir el cristianismo católico "según su conveniencia" y no según la conveniencia de Cristo. El católico es un pueblo que obra gracias al fervor más que al conocimiento de las Escrituras. Existen muy buenos católicos; amables, serviciales, desprendidos, pero muchos otros no son ejemplo de cristianismo. Un católico carnal podrá argumentar que lo es, pero llevado a la Biblia, la mirará o lo que es peor, tal vez la considere, como un libro pesado de leer, solo abordable por curas y monjas. Por el contrario, un católico comprometido, la considerará como la Palabra de Dios de donde mana toda razón  y justicia.

Charlaba con una católica piadosa y me decía:-¡Ya vas a ver como este Papa cambiará todas las cosas!. Y como ella muchos opinan en la misma sintonía. Creen que el Papa es como Superman. Puede todo. Sin embargo, quienes algo sabemos de las cosas espirituales, nos percatamos que, para que el Papa Francisco tenga éxito, se precisa que el pueblo católico también cambie.

Por ejemplo: en Argentina, durante la Semana Santa ¿cuantos católicos van a misa? Pocos. ¿Cuántos se van de vacaciones aprovechando el fin de semana largo? Millones y millones de pesos gastan en su diversión. Sería bueno recordar que la Semana Santa precisamente es "Santa" porque algo ocurrió hace 2000 años, cuyo recuerdo ningún cristiano puede obviar por diversión. Debería ser una festividad solemne y de agradecimiento. Sin embargo, una gran mayoría de católicos en ves de agradecer, se marchan de farra (diversión).

El Papa Francisco, mucho me temo, podrá tener todas las buenas intenciones para modificar la pesantéz de una iglesia alicaída por casos de corrupción y pederastia, pero si el pueblo católico no cambia y se compromete a vivir una vida a lo cristiano, mucho me temo que todo lo que vemos, no será mas que fervor que pronto se apagará. Entre tanto, los medios no dejan de citar, casi como asombro, el crecimiento del protestantismo en Brasil. En realidad, crece en todas partes, pero en Brasil es como que tal aumento incomoda. 
"Brasil es la nación católica más grande del mundo desde la década de los años 50, cuando tomó el puesto que solía tener Italia. Aunque la Iglesia en ese país cuenta con unos 123 millones de miembros, en la actualidad está pasando por un evidente proceso de diversificación religiosa. Los datos del último censo de 2010 revelaron que, por primera vez, el número de católicos en Brasil disminuyó en términos absolutos y relativos.
En 2000, los católicos brasileños sumaban 125 millones y representaban el 73,6% de la población, mientras que en 2010 eran 123,3 millones o el 64,6% del total. Se espera que unos 2,5 millones de fieles participen en la Jornada Mundial de la Juventud.
Durante el mismo período, los evangélicos ganaron casi 20 millones de seguidores y pasaron de ser 26,5 millones (15,4% de la población) a 42,3 millones (22,2%).
Por su parte, el grupo que se declara "sin religión" aumentó de 12,5 millones de personas en 2000 (7,4%) a 15,3 millones (8%) en 2010.
En 1872, cuando el catolicismo seguía siendo la religión oficial del país, el 99,7% de los brasileños se declaraban católicos. Según los demógrafos, el fenómeno indica un cambio de la hegemonía religiosa en Brasil, que culminará -si las tendencias actuales continúan- en 2040 con el fin del catolicismo como religión de la mayoría.
Se supone que en ese año habrá un empate técnico entre el número de católicos y evangélicos del país, según lo asegura un estudio titulado "La dinámica de las afiliaciones religiosas en Brasil entre 2000 y 2010: la diversificación y el proceso de cambio de la hegemonía", realizado por los demógrafos José Eustáquio Diniz, Luiz Felipe Walter Barros y Suzana Cavenaghi, del Instituto Brasilero de Geografía y Estadística.
"Entre 2000 y 2010, el equivalente a la adición de toda la población -alrededor de 21 millones de personas- fueron a otros grupos religiosos" informa BBC Mundo.
(C) Marc Pesaresi

1. ¿Sabías que la frase "con olor a ovejas" se la sugirió al Papa Francisco un pastor evangélico? Para saber más sobre esto, lee AQUÍ.

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